
“Quiero compartirles la emoción que yo sentí”, comenzó Claudia Huaquimilla, cineasta invitada a comentar el libro. “A mi me gusta tratar temas de dolor, no por el gusto de indagar ahí, sino porque hay dolores que yo sentí cuando niña y me hubiese gustado ver una película que pudiera acompañarme. Eso me pasó con De ida y vuelta”.
Así partió el lanzamiento del libro “De ida y vuelta”, novela gráfica de ficción que une cuatro vivencias de mujeres familiares de personas privadas de libertad y que también han pasado por la cárcel. Dicho libro nace de la colaboración entre el investigador VioDemos y profesor de la Escuela de Antropología UC, Angel Aedo y la artista gráfica y autora de varios libros Sol Díaz.
La cárcel no es algo que pasa por accidente, que se inicia fortuitamente ni tampoco que termina de la nada con una rehabilitación, reinserción o mejor autoestima, señala Huaquimilla y puntualiza: “Siento que para hablar del encierro debemos dejar de pensar únicamente en la cárcel, el Sename o la institución, tenemos que hablar de historias, de personas, de vivencias y familias”.
Todas somos Rosa

“Estamos muy agradecidas de poder representarnos en este “De ida y vuelta”, porque todas quienes hemos vivido esta situación tenemos un poco de Rosa”, señaló Carolina Palomera, una de las mujeres que entregó su testimonio para construir la historia. “Todas somos Rosa, todas hemos vivido temor, discriminación. Pero en este caso no somos la familia de ‘él’ delincuente, somos una familia que sufre un problema social del que nadie está libre”.
Rosa López, quien aceptó que la protagonista de la novela llevara su nombre, se sumó a las palabras: “Acepté porque sentí que era importante que las personas supieran lo que se vive adentro, porque yo lo viví. Acepté para que supieran que no todas las personas que están ahí (en la cárcel) son malas, ni porque una sufre porque quiere. De repente la vida te lleva a cometer esas cosas y te sientes encerrada en un círculo vicioso donde no puedes salir, pero de por sí la sociedad te denigra. Espero que con esto la gente nos acepte con nuestros errores”.
“Hay que sensibilizar, visibilizar, concientizar sobre este tema que es mucho más global que simplemente ir a ver a tu familiar preso. Muchas veces se piensa que estamos apoyando un delito, y no, no es así. Vamos porque el amor nos mueve y no nos permite dejar a nuestro familiar abandonado”, sentencia Palomera.
“Cuando lo leí me emocioné” comparte Huaiquimilla. “Una de las mujeres que más marcó mi vida se llama Rosa, mi abuela, quien me contó las mejores historias y por ella creo que me gusta contarlas. Creo que mi Rosa también está representada en este libro. Yo me preguntaba cuando niña por qué mi abuela nunca estaba en un libro, por qué estaban las personas ‘importantes’ que supuestamente cambian la historia pero no las lecciones que me daba mi abuela día a día. Entonces, cuando recibí este libro y la protagonista se llama Rosa, lo primero que dije fue ‘vamos’”.
Y profundiza: “Este libro no habla solo de dolor, sino de resiliencia. Habla de mujeres que logran crear vida, que logran tener humor, que logran reconocerse en otras compañeras. Para mi esto es revolucionario. Esto es lo que yo necesito, no el supuesto de ser resistentes al mundo que nos enseñan los historiadores. A mi esto me da herramientas de resistencia”.
Del proceso creativo de “De ida y vuelta”
“Hacer ‘De ida y vuelta’ fue un proyecto sorpresivo” indica Sol Díaz, artista gráfica encargada de dar vida a la novela. “No es muy común que nos encarguen este proyecto a nosotros los/as dibujantes y me gustan los cruces entre distintas personas y disciplinas. El proyecto también se alineaba con lo que me interesa, que tiene que ver con las mujeres, los vínculos y los lugares ambiguos o contradictorios. En este caso, la cárcel: pensar lo ‘bueno’, lo malo, cuáles son los límites, cómo nos desenvolvemos, etc”.
Sobre la idea de unir investigación académica y dibujos, Angel Aedo, Director Alterno VioDemos y autor del libro, explica que el dibujo es un lenguaje común y universal, así como las historias. “Pensé que era un medio para sacar de este molde académico un conocimiento y tratar de llegar a otros públicos para desestigmatizar vivencias, lograr que esas experiencias se sintieran como tales y de esa manera comprender esa realidad”.
En este proceso, para Díaz lo más difícil no fue el andar, sino el partir. Durante el proyecto, se hicieron pruebas, conversaciones y con el tiempo empezaron a aparecer ciertos elementos que fueron orientando el libro: la cárcel como un barco, que deja esa estela tóxica que tiñe todo a su alrededor, la enredadera que une todo y cuando la cortas por un lado crece por otro. De forma opuesta, para Aedo lo más complejo fue terminar y poner un título. “Después, con el tiempo y tratando de entender por qué fue difícil eso, me di cuenta que fue porque la pasamos tan bien en el proceso, que terminar era como un luto”.
Por su parte, para Palomera, De ida y vuelta fue una oportunidad para dar rienda suelta a sus decisiones e ideas. “Hicimos desde entrevistas, transcripciones, coordinación de equipos, cosas que jamás pensamos que íbamos a ser capaces o conocer. Hacer presencia de otra forma. Cuando empezamos a soñar con el libro, nos involucramos”.
De los aprendizajes rescatados, sus autores y protagonistas destacan el trabajo en conjunto, que permitió guiar las ideas e ir dando forma a “De ida y vuelta”, creando un libro democrático “que se puede entender incluso cuando no se sabe leer” apunta Aedo, y permite conectarnos con realidades que se presentan como lejanas, en los márgenes, para acercarnos a las diferencias e implicarnos como ciudadanos/as.
“De ida y vuelta” es fruto de un trabajo interdisciplinario y de la colaboración entre el Instituto Milenio para la Investigación en Violencia y Democracia, VioDemos, Cocorococq Editoras y del Fondecyt 1212047.
Les invitamos a revivir el lanzamiento del libro AQUÍ.