El panel  fue moderado por la investigadora posdoctoral de VioDemos  Alicia Olivarí y comentada por la investigadora del centro y académica de Sociología UAH Alejandra Luneke. A continuación una descripción de las exposiciones que se realizaron en el Museo de Artes Visuales, que pueden ser vistas en el  canal de YouTube VioDemos. 

Plurinacionalidad y autodeterminación del pueblo mapuche

Fernando Pairican, investigador VioDemos y profesor de la Escuela de Antropología UC, expuso  La revuelta anti colonial y el camino a la construcción de un Estado Plurinacional”, texto que analiza -desde una mirada histórica- cómo se han ido articulando distintas facciones del movimiento mapuche en torno al debate sobre plurinacionalidad, la constitución de un Estado-nación y la autodeterminación.

El investigador hizo especial énfasis en lo que denomina un “doble carácter” que hoy envuelve el actuar de estas organizaciones; “un movimiento mapuche que parece oponerse a la modernización, pero al mismo tiempo hace uso de esta para desarrollar su política de liberación nacional”.

Remontándose a la época de Admapu, organización que surgió en 1978 al alero de los centros culturales mapuche, Pairicán señaló que ellos plantearon -en esos años- un proyecto de autodeterminación que tenía como horizonte la necesidad de un Estado plurinacional. 

Sin embargo, explica, “las estructuras del colonialismo impidieron las transformaciones necesarias para el empoderamiento del pueblo mapuche a favor de los derechos indígenas”. Es así como, gradualmente, comienza a instalarse dentro del movimiento -y especialmente de la mano de Weichan Auka Mapu- directrices ideológicas que apelan al anticolonialismo y reivindican una tradición antes del siglo XIX.

“Weichan Auka Mapu persiste -tal vez- en la ambición de perpetuar el mundo tradicional mapuche, la recuperación del territorio, la búsqueda de una reparación y justicia que es aludida a dos siglos de dominación y opresión por parte del Estado chileno. En estricto rigor, es posible inferir que sus militantes no desean una modernización en la agenda política, y ello podría explicar por qué un sector del movimiento mapuche también se opone hoy día al Estado plurinacional”, describe Pairican.

Y continúa: “A pesar de lo anterior, podemos observar cómo un movimiento mapuche  expresa una doble característica: de retorno a un pasado histórico sin injerencia del colonialismo, pero a su vez usando la herramienta de la modernidad para lograr avanzar en esa autodeterminación”.

Cárcel y Covid-19: los dolores de la pandemia en contexto penitenciario 

Catalina Droppelmann, investigadora VioDemos, profesora del Instituto de Sociología UC y directora del Centro Justicia y Sociedad UC, expuso su investigación “Revisitando los dolores del encarcelamiento durante la pandemia”, donde exploró “cómo los dolores del encarcelamiento, que fueron descritos por el sociólogo y criminólogo estadounidense Gresham Sykes en 1958, se han profundizado durante la pandemia, y si es que es posible observar el advenimiento de nuevos dolores del encarcelamiento”, señaló la investigadora.

Este concepto deriva de un estudio que realizó Sykes en cárceles de alta seguridad en New Jersey, y surge a partir de los hallazgos del autor al constatar que el vínculo entre cárcel y castigo, tal como plantea Foucault, seguían generando sufrimiento entre aquellos privados de libertad. Durante su presentación, Droppelmann se refirió a dos de estos dolores: los que se relacionan a la privación de la libertad y aquellos dolores referentes a la autonomía.

Con respecto al primero, “se refiere a aquella sensación de soledad y abandono, y a la ausencia total de contacto con el mundo exterior”, explica la investigadora, siendo “el dolor de encarcelamiento más frecuente durante la pandemia producto de la suspensión de visitas, el aumento de las horas de encierro y la restricción de todas las actividades de la cárcel”.

Según el estudio, la ausencia de visitas impidió a las personas privadas de libertad “escapar del encierro”, y en consecuencia, se vio afectado el sentido de temporalidad por parte de los individuos, percibiendo los plazos de la condena muchos más largos e instalando un confinamiento en sí mismos, “como un nuevo sentido de encierro que derivó incluso en casos de despersonalización”, indicó la académica. 

Un segundo dolor  se relaciona con “la incapacidad de poder decidir sobre la propia vida, y también con la cultura de la desinformación, inherente al sistema penitenciario”. La cárcel como espacio reglado, según explica Droppelmann, se vio potenciado en el contexto chileno, viéndose afectados ciertos actos de autonomía y resistencia de los privados de libertad, pero dando paso a nuevas instancias de autonomía, como solidaridad entre ellos.

El estudio detectó nuevos dolores, como la privación de la reinserción social, “fundamental dentro de la cárcel porque otorga sentido de temporalidad, futuro, y transmite que las personas privadas de libertad tienen capacidad de cambio” y el “miedo a la muerte”, la sensación de que “los van a dejar morir”, explicó Droppelman.  “Aquí aparece una agudización de la muerte social y del miedo a perder el control del mundo exterior producto de la ausencia de contacto, y con eso, desaparecer en la medida de perder todos los roles y vínculos que les permiten mantener un sentido de identidad por fuera de los muros de la cárcel”, finalizó.

Inestabilidad política y estallidos sociales en contexto latinoamericano

El estudiante de doctorado de London School of Economics and Political Science vinculado a VioDemos, Diego Sazo, expusó parte de su tesis doctoral  abordando:  “¿Por qué las protestas se transforman en disturbios? Evidencia desde los estallidos sociales en Sudamérica, 2019-2020”. 

El investigador realiza un estudio comparado de dos casos semejantes: Chile y Argentina durante el 2019, ya que ambos países presentaban condiciones de descontento social y estructural similares bajo gobiernos conservadores de derecha con escaso apoyo popular. Sin embargo, tras su análisis, ambos casos arrojaron resultados diferentes, principalmente por “la manera en que los gobiernos enfrentaron el disenso popular”, indicó Sazo.

En este sentido, Sazo comenta que si bien la región vivió una ola de protestas en general, los disturbios o protestas disruptivas tuvieron lugar sólo en algunos países, a diferencia de lo que se señala en la prensa como una situación “en toda la región”. Respecto a los factores causales, indica que la idea de las altas desigualdades socioeconómicas, la corrupción y la percepción de abuso son precondiciones históricas de la zona, no  bastan para explicar  por qué en un momento determinado y en ciertos países se producen manifestaciones de mayor envergadura. 

¿Por qué las protestas en Sudamérica se transformaron en disturbios en algunos países y en otros no? Al respecto, Diego Sazo propone que las transformaciones de las protestas en disturbios puede explicarse a través “del lente de la respuesta gubernamental temprana hacia el disenso”, es decir, “el constante ‘ninguneo’ de los malestares estructurales por parte de las autoridades, que puede producir shock morales entre los manifestantes al revelar cuán distante están las instituciones políticas de las urgencias sociales”. 

“Cuando las declaraciones despectivas y la ausencia de concesiones son la única respuesta gubernamental a las protestas, una ‘ventana de oportunidad’ se abre para los desórdenes, incluso cuando el Estado no ha ejercido represión”, señala Sazo. 

Los hallazgos del investigador sugieren que la respuesta temprana de los gobiernos juega un papel crítico en la activación de desórdenes violentos, especialmente cuando las autoridades sistemáticamente menosprecian el descontento social. En ese contexto, el origen de la violencia disruptiva en el caso chileno se explicaría en gran medida por el comportamiento inflamatorio del gobierno del Presidente Sebastián Piñera y por la ausencia de respuestas desde el Estado, más allá de la represión y los malestares estructurales existentes en el país. 

Les invitamos a conocer las ponencias en el  canal de YouTube VioDemos.