Tras 17 años de dictadura militar (1973-1990), Chile recuperó pacífica y electoralmente su democracia e inició una larga y compleja senda hacia su transición, todavía en curso. El investigador VioDemos y profesor de Derecho UAH, Hugo Rojas, ofrece una visión panorámica de los principales logros y desafíos pendientes en el ámbito de la justicia transicional en Chile en su artículo “Claroscuros de la justicia transicional en Chile”.

En la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990), agentes estatales violaron sistemática, generalizada e institucionalmente los derechos humanos de la población, principalmente por motivos ideológicos. Por lo mismo, a más de tres décadas desde la recuperación de la democracia, se vuelve necesario hacer una relectura de los avances y las deudas pendientes en materia de DDHH.

Las cinco dimensiones de la Justicia Transicional

Según el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por justicia de transicional se entiende “toda la variedad de procesos y mecanismos asociados con los intentos de una sociedad por resolver los problemas derivados de un pasado de abusos a gran escala, a fin de que los responsables rindan cuentas de sus actos, servir a la justicia y lograr la reconciliación”.

Para el investigador, hay cinco aspectos que componen este proceso: el esclarecimiento de la verdad; la reparación de las víctimas y sus familiares; la memorialización de las violaciones a los derechos humanos y conmemoración de las víctimas; la justicia y sanción de los responsables de los actos de represión estatal y crímenes de lesa humanidad; y el establecimiento de garantías de no repetición.  

Avanzar en el ámbito de la justicia transicional depende en gran medida de las evaluaciones y balances que se puedan llevar a cabo respecto de estos cinco elementos. “Solo a partir de diagnósticos claros e indubitables es posible establecer diseños políticos-estratégicos encaminados a remover los obstáculos o dificultades en el proceso de justicia transicional”, explica Rojas en su artículo.

1.Verdad de lo ocurrido: Si bien el Estado de Chile ha reconocido oficialmente a muchas víctimas de violaciones a los DDHH cometidas durante la dictadura, incluyendo detenidos desaparecidos, ejecutados políticos y sobrevivientes de prisión política o tortura, aún falta investigar a profundidad la diáspora y las consecuencias sociales del exilio chileno, además de enfatizar en otras situaciones de violencia más allá de los crímenes considerados “más graves”, considerando también los atropellos cometidos en contra de los pueblos indígenas. Visibilizar estos hechos es una tarea pendiente para que la ciudadanía dimensione la magnitud de las violaciones a los derechos humanos.

2.Reparación de las víctimas: En la transición chilena se han implementado numerosos mecanismos materiales y simbólicos de reparación a favor de las víctimas y sus familiares, pero cabe expandir la noción de reparación al ámbito colectivo, especialmente en el ámbito de las comunidades indígenas que fueron violentadas durante la dictadura y los asentamientos de las comunidades de campesinos beneficiados por la reforma agraria (1967-1973) y que con posterioridad fueron expulsados de sus tierras.

3.Memoria y conmemoración: Gracias al esfuerzo de iniciativas privadas, víctimas, familiares y agrupaciones de derechos humanos, ha sido posible preservar y fomentar un conjunto de sitios de memoria que en la actualidad son utilizados para la realización de ceremonias y actos conmemorativos. Sin embargo, es fundamental que se apruebe una legislación especial de sitios de memoria, a fin de asegurar su protección, financiamiento y gestión. El rol que pueden desempeñar estos espacios sigue siendo imprescindible, pues de lo contrario se corre el riesgo de que estos asuntos pasen al olvido.

4.Justicia y sanción de los responsables: Durante la transición a la democracia fue necesario introducir numerosas reformas en la administración de justicia y la cultura judicial, y permitir de esta manera esclarecer los hechos y sentenciar condenas. Un primer desafío en este ámbito consiste en acelerar la tramitación de las causas de derechos humanos que están siendo gestionadas por los tribunales de justicia.  Un segundo desafío pendiente consiste en ampliar el número de sujetos condenados por la comisión de las violaciones a los derechos humanos.

5.Garantías de no repetición: Con la finalidad de robustecer el Estado de derecho y la democracia chilena, en las últimas tres décadas se ha aprobado en el país un conjunto de reformas institucionales sustantivas. Sin embargo, la violencia desatada en el “estallido social” (2019) muestra que estas modificaciones institucionales fueron insuficientes. En este punto, avanzar hacia una cultura de los derechos humanos en el funcionariado público es una tarea de largo aliento que requiere de campañas comunicacionales, cursos permanentes de capacitación y formación, y liderazgos proactivos al interior de todas las instituciones públicas, además de iniciativas que incentiven en la sociedad civil una cultura promotora de los derechos humanos y la democracia.

A modo de diagnóstico, para el investigador en Chile no existe una memoria compartida sobre nuestro pasado reciente, más bien coexisten diversas memorias colectivas que ofrecen marcos interpretativos a través de los cuales las personas conocen o recuerdan el significado de los hechos del pasado. Pero no existe consenso sobre la importancia que reviste enfrentar adecuada y honestamente estos horrores, “pues la mayoría prefiere que el tema se dé por superado, sea silenciado o pase al olvido”.

Y profundiza que para revertir esta situación es fundamental diseñar e implementar estrategias para incorporar estas temáticas en los establecimientos escolares y universitarios, en los organismos públicos, además de los medios de comunicación y la cultura popular en general.

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